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La prevalencia de problemas de sueño en personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) es alta y afectan su calidad de vida y habilidades sociales. Dada la ausencia de una guía sobre el tratamiento del insomnio en personas con TEA a nivel nacional o europeo, se ha creado este documento de consenso liderado por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Sueño (SES). Mediante un proceso Delphi modificado y adaptado, se describen herramientas de diagnóstico antes de iniciar el tratamiento y recomendaciones sobre el tratamiento integral. El tratamiento del insomnio se inicia con medidas de higiene del sueño y terapias ambientales y cognitivo-conductuales personalizadas. En insomnio de mantenimiento si estas medidas no son suficientes se recomienda como fármaco de primera elección la melatonina pediátrica de liberación prolongada (MPLP), comenzando con una dosis de 2mg/día y ajustando hasta 10mg/día según necesidad. Si los problemas persisten, se pueden añadir gradualmente alimemazina, risperidona o clonidina en ese orden. En el insomnio de inicio, se aconseja melatonina de liberación inmediata (MLI) a dosis inicial de 5mg/día y disminuyendo a 2mg/día si es eficaz o subiendo a 7mg/día en caso contrario o MPLP. Las dosis se reevalúan periódicamente tras controles periódicos con agendas de sueño. Mediante un proceso Delphi modificado y adaptado, se describen herramientas de diagnóstico antes de iniciar el tratamiento y recomendaciones sobre el tratamiento integral. El tratamiento del insomnio se inicia con medidas de higiene del sueño y terapias ambientales y cognitivo-conductuales personalizadas. En insomnio de mantenimiento si estas medidas no son suficientes se recomienda como fármaco de primera elección la melatonina pediátrica de liberación prolongada (MPLP), comenzando con una dosis de 2mg/día y ajustando hasta 10mg/día según necesidad. Si los problemas persisten, se pueden añadir gradualmente alimemazina, risperidona o clonidina en ese orden. En el insomnio de inicio, se aconseja melatonina de liberación inmediata (MLI) a dosis inicial de 5mg/día y disminuyendo a 2mg/día si es eficaz o subiendo a 7mg/día en caso contrario o MPLP. Las dosis se reevalúan periódicamente tras controles periódicos con agendas de sueño.

En Australia se llevó a cabo un ensayo clínico ReINVEST para evaluar si la sertralina —un conocido inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS)— podía disminuir la reincidencia de violencia entre hombres con antecedentes de comportamiento impulsivo. Se reclutaron 630 participantes varones, todos con al menos dos condenas previas por violencia y una marcada impulsividad. Durante 24 meses, la mitad recibió 100 mg diarios de sertralina, mientras que la otra mitad tomó un placebo, sin saber cuál sustancia habían estado ingiriendo. Todos contaron con seguimiento psicológico y apoyo en salud mental, justicia y servicios sociales. Al finalizar el estudio, los registros judiciales mostraron una diferencia significativa: el grupo tratado con sertralina tuvo un 21 % menos de reincidencia en violencia doméstica que el grupo placebo. Este beneficio fue aún más claro entre aquellos que tomaron la medicación de forma estricta, alcanzando una reducción del 30 %. Los participantes que además presentaban altos niveles de malestar psicológico mostraron una reducción del 52 % en los reingresos por violencia. Los investigadores propusieron que este impacto se basa en el vínculo comprobado entre los niveles bajos de serotonina y la impulsividad agresiva. Al incrementar la actividad de este neurotransmisor, la sertralina podría moderar las reacciones emocionales intensas, propias de los episodios de violencia reactiva, más que de actos premeditados. Estas conclusiones abren un debate: ¿debería considerarse la farmacoterapia como complemento en la prevención de la violencia, enfocándose en factores biológicos individuales y no solo en causas sociales o culturales? Muchos lo ven como una invitación a replantear las estrategias actuales, integrando tratamientos médicos personalizados junto a las terapias conductuales existentes. Algunos defensores de la salud mental argumentan que tratar la violencia como un problema de salud pública, y no solo un delito, puede desbloquear vías innovadoras para reducir la reincidencia, especialmente en hombres con déficit de autocontrol. Sin embargo, también surgieron críticas: ciertos sectores alertaron sobre posibles riesgos y cuestionaron si se está optando por un enfoque médico sobre problemas culturales históricos. En resumen, el estudio ReINVEST aporta la primera evidencia clínica sólida de que la sertralina, cuando se acompaña de apoyo psicológico y acompañamiento social, puede reducir de forma significativa la reincidencia violenta en hombres impulsivos. Los hallazgos indican una reducción del 21 % a 52 % según adherencia y nivel de estrés psicológico, ofreciendo un nuevo paradigma para abordar la violencia con tratamientos personalizados y combinados. Esta investigación podría marcar el inicio de una tendencia a superar visiones exclusivamente punitivas, integrando enfoques biomédicos en el tratamiento de agresores impulsivos. Comentado en Theconversation.

La relación entre la orientación hacia el mercado y las tasas nacionales de homicidio ha sido objeto de debate durante décadas. Diversas tradiciones teóricas han sostenido que el desarrollo y la expansión de los mercados tienden a incrementar la criminalidad, asociando la competencia económica con tensiones sociales y conductas desviadas. Sin embargo, otras perspectivas clásicas plantean una visión opuesta: la expansión del mercado podría contribuir a reducir la violencia. Norbert Elias argumentaba que la interconexión económica exige sociedades estables, mayor sensibilidad hacia los demás y un control más estricto de las emociones. En la misma línea, Émile Durkheim defendía que una mayor división del trabajo y la integración social disminuyen los delitos contra la persona, especialmente cuando surge una “religión de la humanidad” que refuerza valores colectivos. Estas ideas encuentran respaldo en evidencias empíricas que muestran cómo la integración en mercados fomenta la equidad y la prosocialidad, mientras que las sociedades orientadas al mercado tienden a rechazar conductas poco éticas. Incluso la globalización, como fenómeno económico y cultural, se ha vinculado con la reducción de homicidios a nivel nacional. Para contrastar estas hipótesis, el estudio analizó datos de panel correspondientes a 88 países entre los años 2000 y 2019. Las tasas de homicidio se obtuvieron de la base de datos de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud, mientras que la orientación hacia el mercado se operacionalizó mediante el índice de Libertad Económica del Mundo del Instituto Fraser. Se emplearon modelos transversales agrupados con efectos fijos, controlando por variables estructurales comúnmente asociadas a la violencia. Los resultados revelaron una asociación negativa y significativa entre la orientación al mercado y las tasas de homicidios, un tamaño del efecto sustancialmente significativo, que el efecto parece estar concentrado en naciones con menor orientación al mercado y los hallazgos se mantuvieron consistentes en varias verificaciones de estabilidad En síntesis, lejos de incrementar la violencia, la expansión del mercado parece contribuir a sociedades más seguras. Este estudio desafía concepciones tradicionales y sugiere que la integración económica, acompañada de normas éticas y cooperación, puede ser un factor clave en la reducción de homicidios a nivel global.

En medio de una campaña presidencial marcada por la preocupación por la inseguridad, el presidente Gabriel Boric lanzó una afirmación que sacudió el debate: en Chile mueren más personas por suicidio que por homicidio . Lo que podría parecer un dato técnico se convierte en un llamado urgente a mirar la salud mental como un problema de primer orden. “De una se habla mucho, de la otra se habla poco”, dijo Boric, subrayando la necesidad de abordar el tema con firmeza. Mientras la sensación de inseguridad crece por la presencia de bandas criminales y delitos violentos, las cifras oficiales muestran que los homicidios han disminuido respecto al año anterior. Esto implica que la violencia autoinfligida continúa representando una carga mayor desde la perspectiva de salud pública. En promedio, Chile enfrenta aproximadamente el doble de muertes por suicidio que por homicidio. Desde 2018, el suicidio se mantiene como la principal causa de muerte violenta en Chile. En 2024 se registraron 1.984 suicidios frente a 1.207 homicidios. La tasa de suicidio chilena, de 10,5 por cada 100.000 habitantes, supera el promedio mundial y se ubica entre las más altas de América Latina, aunque por debajo de Uruguay. Este fenómeno, que a inicios del siglo XX era marginal, hoy representa cerca del 2% de las muertes totales. El perfil predominante es masculino: cuatro de cada cinco suicidios son cometidos por hombres, especialmente adultos mayores. Factores como mayor acceso a métodos letales, consumo elevado de alcohol, baja tolerancia a la frustración y escasa búsqueda de ayuda psicológica explican esta brecha. Entre los mayores de 80 años, la tasa alcanza cifras alarmantes: 31,1 por cada 100.000 en hombres, frente a 1,4 en mujeres. Aunque se ha logrado reducir el suicidio juvenil gracias al Programa Nacional de Prevención del Suicidio, persisten riesgos crecientes en hombres adultos y mayores, agravados por aislamiento, soledad y precariedad económica. Las regiones del sur, como Aysén y La Araucanía, presentan tasas consistentemente superiores al promedio nacional. En este contexto, la salud mental ha entrado tímidamente en la agenda electoral. Jeannette Jara, candidata presidencial, ha puesto énfasis en el tema desde su experiencia personal: su primer marido se suicidó poco después de casarse. “Un fallecimiento por suicidio es un duelo casi eterno”, afirma. Su historia humaniza un problema que, pese a su magnitud, sigue siendo menos visible que la violencia delictiva. Chile enfrenta así un desafío silencioso: cómo integrar la salud mental en las políticas públicas y romper el estigma que rodea a quienes más lo necesitan

La falsificación de partes médicos de baja laboral constituye un delito grave tipificado como falsedad en documento oficial , según el Tribunal Supremo. Este criterio se aplica incluso cuando la manipulación se realiza sobre documentos digitales que simulan ser auténticos. El caso analizado ilustra esta situación: un trabajador, diagnosticado inicialmente con gastroenteritis y con baja médica el 6 de junio de 2017, alteró digitalmente ese parte para justificar una ausencia el día siguiente. Posteriormente, envió otro documento falso el 12 de junio, alegando correcciones, sin presentar nunca los originales, solo archivos modificados por correo electrónico. El tribunal debía resolver si la alteración de copias digitales equivalía a falsedad en documento oficial. La jurisprudencia aclara que las fotocopias alteradas suelen considerarse documentos privados, salvo que simulen un documento oficial. En este caso, los partes médicos, aunque transmitidos telemáticamente, son oficiales porque los emite la Seguridad Social. Por ello, la falsificación digital se sanciona con la misma severidad que la física. El Supremo subraya que lo determinante no es el medio técnico, sino la naturaleza y finalidad del documento. Aquí, la simulación buscaba un beneficio económico indebido: el trabajador percibió 31,96 euros por días no justificados. La sentencia concluye que se cometió falsedad en documento oficial, imponiendo seis meses de prisión, multa y penas accesorias, destacando la gravedad del fraude y la necesidad de proteger la autenticidad administrativa. Finalmente, se menciona que desde abril de 2023 ya no es obligatorio entregar los partes médicos a la empresa, aunque sí comunicar la baja para organizar el trabajo, según la reforma laboral y resoluciones recientes. Este caso marca un precedente sobre la validez y protección de documentos oficiales, independientemente de su formato.

El Parlamento de Nueva Gales del Sur (Australia) ha publicado el primer informe estatal sobre los efectos de la pornografía en la salud mental, emocional y física, desafiando la idea generalizada de que todo contenido pornográfico es dañino. La investigación, impulsada por el Comité Permanente de Asuntos Sociales, reunió voces diversas: investigadores, educadores, padres, organizaciones religiosas, trabajadoras sexuales, colectivos feministas, la industria del entretenimiento para adultos y jóvenes. Esta pluralidad permitió un análisis matizado de una cuestión polémica: ¿cómo afecta la pornografía a los adolescentes? El informe concluye que la pornografía no es “inherentemente perjudicial”, y que su impacto depende del tipo de contenido, el contexto y la persona que lo consume. Reconoce riesgos como la distorsión de la intimidad, la perpetuación de estereotipos de género y la influencia en la percepción del consentimiento, aunque la evidencia sobre estos efectos sigue siendo contradictoria. También señala que el acceso temprano es común: la exposición accidental ocurre en torno a los 11 años y la búsqueda intencionada, a los 13, principalmente mediante internet. Ante la falta de una educación sexual que aborde el tema, muchos jóvenes recurren a la pornografía para informarse, especialmente quienes no se ven representados en los programas escolares, como la juventud LGBTQIA+. Lejos de ser consumidores pasivos, los adolescentes muestran capacidad crítica: cuestionan la falta de consentimiento, la erotización de la juventud y la prevalencia de categorías de pornografía por ejemplo pornografía de "familia reconstituida”. Algunos incluso proponen estándares más éticos en la industria. El informe recomienda más investigación, formación para docentes y apoyo a padres, fomentando conversaciones abiertas y sin juicios. Sugiere que las escuelas superen mensajes simplistas y dialoguen con la comprensión que los jóvenes ya poseen. En definitiva, plantea un enfoque educativo y social que reconozca la complejidad del fenómeno, en lugar de demonizarlo.

La serotonina es un neurotransmisor esencial que regula numerosas funciones fisiológicas, neurológicas y conductuales. La serotonina periférica, producida principalmente en el intestino, controla la motilidad gastrointestinal y el tono vascular, mientras que la serotonina central, sintetizada en el cerebro, regula procesos como la ingesta de alimentos, la emoción, la memoria, el aprendizaje y la conducta sexual. El consumo crónico de una dieta alta en grasas (HFD, por sus siglas en inglés) altera la señalización serotoninérgica en el intestino, el cerebro y el eje intestino-cerebro , que permite la comunicación bidireccional entre ambos sistemas. Aunque los mecanismos exactos no se comprenden del todo, se ha observado que la HFD provoca cambios específicos en las vías serotoninérgicas: aumenta los niveles de serotonina en el intestino y produce efectos regionales en el cerebro. En los núcleos del rafe, la HFD incrementa la biosíntesis de serotonina, pero la activación de los autorreceptores 5-HT1A inhibe su liberación hacia áreas de proyección. Además, el aumento de la degradación de serotonina reduce sus niveles en el hipocampo y el hipotálamo. Otro hallazgo clave es el papel central de los metabolitos microbianos en esta disfunción. Los ácidos grasos de cadena corta, producidos por la microbiota intestinal, contribuyen significativamente a la alteración de la liberación y señalización de serotonina bajo condiciones de HFD. Comprender estos mecanismos podría abrir nuevas estrategias terapéuticas para tratar disfunciones serotoninérgicas asociadas con trastornos gastrointestinales, alteraciones del estado de ánimo y complicaciones relacionadas con la obesidad. Comentado en Psypost

En el XXVIII Congreso Nacional de Psiquiatría, celebrado en Zaragoza, el Dr. Manuel Martín Carrasco planteó una cuestión importante acerca de la atención a las personas con problemas graves de salud mental: ¿siguen siendo necesarios los hospitales psiquiátricos? Su reflexión partió de un enfoque ético, recordando que las personas con enfermedad mental grave viven en una vulnerabilidad múltiple —cognitiva, emocional y social— que exige proteger su dignidad. Esta, explicó, se sostiene sobre tres pilares: autonomía, atención a la vulnerabilidad y reconocimiento del otro. Sin embargo, el énfasis exclusivo en la autonomía puede generar indefensión, justo lo contrario de lo que se busca. Martín subrayó que la prioridad en psiquiatría es atender adecuadamente a quienes presentan patologías graves, adaptando los cuidados a sus necesidades cambiantes. En el binomio curar-cuidar, el cuidado adquiere a menudo un papel central, y este puede brindarse en distintos entornos: el hogar, recursos comunitarios o unidades de larga estancia. Lo importante no es el lugar, sino su adecuación a las necesidades del paciente. Defendió la utilidad de las unidades de media y larga estancia, que ofrecen entornos estructurados para estabilizar síntomas severos, rehabilitar y evitar la institucionalización. Sus beneficios incluyen continuidad asistencial, tratamiento integral y reducción de recaídas. Criticó que las políticas sanitarias hayan reducido drásticamente las camas psiquiátricas, lo que genera presión sobre las hospitalizaciones agudas, saturación de servicios y sobrecarga de cuidadores. “Cuidar a una persona con enfermedad mental grave es una tarea muy dura”, advirtió. Finalmente, introdujo la psiquiatría paliativa como disciplina emergente, orientada a mejorar la calidad de vida mediante un enfoque bio-psico-social y espiritual, basado en empatía, compasión y respeto a valores y creencias. Concluyó recordando que la dignidad humana implica garantizar atención en la vulnerabilidad, que algunas personas requieren entornos estructurados y que la continuidad asistencial demanda mantener camas de larga estancia para casos complejos.

Para las personas con esquizofrenia, ¿el cannabidiol hace que el consumo de cannabis sea más seguro?
En los últimos años, se ha extendido la idea de que el cannabidiol (CBD), uno de los componentes del cannabis, podría contrarrestar los efectos negativos del tetrahidrocannabinol (THC), especialmente en personas con esquizofrenia. Muchos pacientes se preguntan si consumir productos con una alta proporción de CBD frente a THC podría reducir el riesgo de empeorar sus síntomas. Un estudio reciente se propuso responder a esta cuestión por primera vez. Chesney y colaboradores realizaron un ensayo controlado con placebo y diseño cruzado en 30 personas con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo y consumo problemático de cannabis. Los participantes recibieron 1000 mg de CBD o placebo tres horas antes de inhalar cannabis vaporizado. Se evaluaron la memoria verbal diferida y los síntomas psicóticos mediante pruebas estandarizadas. La hipótesis era: el CBD debía mitigar los efectos adversos del cannabis. Sin embargo, los resultados fueron todo lo contrario. El CBD no solo no protegió, sino que empeoró el rendimiento en memoria verbal y aumentó los síntomas positivos de la esquizofrenia. Además, se observó un incremento en la presión arterial sistólica, aunque sin cambios en la percepción subjetiva del efecto de la droga. Los análisis de sangre revelaron que el CBD no alteró la exposición al metabolito activo del THC, pero sí incrementó la del metabolito inactivo. A diferencia de lo esperado, mayores niveles plasmáticos de CBD se correlacionaron con peores resultados cognitivos y más síntomas psicóticos. Este hallazgo, inesperado pero respaldado por un estudio bien diseñado, plantea nuevas preguntas: ¿responden de manera distinta las personas con esquizofrenia y consumo de cannabis frente a individuos sanos? ¿Influye la vía de administración o la proporción CBD/THC en estos efectos? En definitiva, este estudio demuestra que el CBD oral, cuando se usa antes del cannabis, puede empeorar los síntomas inducidos por el cannabis en personas con esquizofrenia. Entonces, ¿qué debemos decirles a nuestros pacientes con esquizofrenia que consumen cannabis y están interesados en el CBD? Para empezar, el consumo de cannabis es especialmente peligroso para quienes padecen enfermedades psicóticas, ya que puede exacerbar síntomas como la paranoia y el deterioro cognitivo. Dados estos nuevos hallazgos, debemos informarles que el CBD probablemente no los protegerá de los daños relacionados con el cannabis, e incluso podría empeorarlos. Por ahora, lo mejor que podemos ofrecer es una explicación clara de los riesgos asociados al consumo de cannabis. Artículo comentado en la misma revista (Neuropsychopharmacology).

Cuando fallece un ser querido, el dolor se mezcla con una serie de trámites legales que, si no se gestionan con previsión, pueden derivar en conflictos familiares, demoras y costes innecesarios. Por ello, los expertos insisten en la importancia de anticiparse . Preparar ciertos instrumentos legales permite ejercer las propias voluntades y proteger derechos incluso en momentos difíciles. Entre ellos destacan el testamento vital, los poderes preventivos y la autocuratela, herramientas que garantizan autonomía y dignidad, evitando procesos judiciales complejos. Además, conviene valorar ayudas por dependencia, enfermedad o incapacidad, así como subvenciones para adaptar la vivienda. En cuanto al legado patrimonial, recomiendan elaborar y actualizar un inventario que incluya bienes, cuentas, vehículos y deudas. Otorgar testamento ante notario simplifica trámites y reduce tensiones familiares. Es esencial informar a los herederos sobre su existencia y ubicación. Tras el fallecimiento, los trámites son inevitables. El primero: solicitar los certificados de defunción y últimas voluntades, imprescindibles para cualquier gestión hereditaria. Este último confirma si existe testamento o si debe iniciarse la declaración de herederos. Luego, llega el momento de decidir: ¿aceptar o renunciar la herencia? Antes de hacerlo, conviene evaluar el patrimonio neto, pues aceptar puede implicar asumir deudas. La aceptación puede ser pura y simple o a beneficio de inventario, protegiendo al heredero. No menos importante es conocer los plazos: el Impuesto de Sucesiones debe liquidarse en seis meses, prorrogables si se solicita en los cinco primeros. Superado el plazo, se aplican recargos e intereses. Ante la complejidad y la carga emocional, contar con asesoramiento profesional —abogados o notarios— evita errores costosos, sobre todo en herencias internacionales. Anticiparse es una forma de cuidar a los nuestros incluso después de partir, evitando complicaciones y asegurando tranquilidad.


