El Juzgado de lo Social número 4 de Donostia-San Sebastián ha anulado el reconocimiento de una situación de invalidez permanente absoluta a un trabajador, derivada de un accidente laboral, al concluir que el empleado “ha fingido unos padecimientos que realmente no tiene”.
El hombre sufrió un accidente laboral al caerse desde una mesa “de una altura de 0,80 metros”, y se golpeó en el hombro derecho y en la cabeza.
A raíz de este suceso, el INSS le concedió la categoría de invalidez permanente absoluta.
Sin embargo, un informe de una agencia investigadora contratada por la empresa reveló que el trabajador podía caminar con agilidad y comunicarse sin necesidad de ayuda, contradiciendo las limitaciones que se le habían adjudicado.
Aunque este fallo judicial no es definitivo, ya que cabe recurso ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia, destaca la importancia de verificar las afecciones médicas de manera rigurosa antes de conceder prestaciones por invalidez.
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