El chemsex es el consumo de drogas para facilitar o intensificar la actividad sexual. Implica el uso de drogas psicoactivas para intensificar y prolongar las experiencias sexuales. Esta práctica es común entre hombres homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres. Las drogas más utilizadas incluyen metanfetaminas, mefedrona, ketamina y GHB (ácido gamma-hidroxibutírico).
El chemsex busca alcanzar el éxtasis sexual y prolongar la duración de las relaciones, a menudo mediante la administración de drogas por inyección (slam), lo que conlleva riesgos significativos. Entre los riesgos físicos se encuentran el aumento de comportamientos sexuales de riesgo, lo que incrementa la transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Además, el chemsex puede llevar a un deterioro de la salud mental, con efectos como estigmatización, estrés, culpa y sentimientos de soledad.
El consumo de estas sustancias también puede provocar intoxicaciones agudas y dependencia a largo plazo, afectando tanto la salud física como mental. Los consumidores pueden experimentar cansancio extremo, ideaciones suicidas, psicosis, comportamientos agresivos y sobredosis.
El artículo también destaca las barreras para buscar ayuda, como el estigma y la discriminación relacionados con el consumo de drogas y la orientación sexual, así como la falta de competencia cultural de los profesionales de la salud. Además, existen barreras legales y sociales debido a la ilegalidad de las sustancias utilizadas, lo que contribuye al estigma social y dificulta el acceso a la atención sanitaria adecuada.
Sociedad Española de Psiquiatría Legal.
Calle de San Bernardo, 13 – 3º dcha.
28015 Madrid
CIF: G80344500
© SEPL 2019 - Todos los derechos reservados