Este estudio de cohorte encontró que entre los veteranos estadounidenses de 65 años o más, la fragilidad se asoció con un mayor riesgo de intentos de suicidio y los niveles más bajos de fragilidad se asociaron con un mayor riesgo de suicidio letal.
La detección y la participación de los servicios de apoyo en todo el espectro de fragilidad parecen ser necesarios para ayudar a reducir el riesgo de intentos de suicidio.
La fragilidad es definida en base a un índice de fragilidad que utiliza un método de déficit acumulativo. Se incluyeron 31 variables relacionadas con 5 dominios de salud: morbilidad (p. ej., diabetes, enfermedad renal), estado funcional (p. ej., artritis, uso de equipos y recursos médicos duraderos [p. ej., silla de ruedas motorizada , atención médica domiciliaria]), cognición y estado de ánimo (p. ej., demencia, depresión), pérdida sensorial (p. ej., ceguera, deficiencia auditiva) y otras afecciones comunes entre los adultos mayores (p. ej., dolor crónico, pérdida de peso en el último año) .
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