Este artículo explora cómo los trastornos mentales se relacionan con los conceptos legales de mens rea (estado mental del acusado en el momento de la presunta conducta delictiva), especialmente la intención, en el contexto del derecho penal angloamericano. A pesar de la presencia de psicopatologías significativas, es raro que los trastornos mentales impidan a un acusado formar mens rea. Los psiquiatras forenses deben ser cautelosos al concluir que un trastorno mental lleva a la incapacidad de formar mens rea y deben aclarar los límites de su experiencia.
El artículo comienza explicando el concepto de mens rea, que se refiere a la culpabilidad legal y no necesariamente a la culpabilidad moral. Mens rea puede incluir intención, conocimiento, creencia, imprudencia, deshonestidad o mera sospecha. La intención y la imprudencia son los más comunes. En algunos delitos, como el daño criminal, se requiere probar la intención o la imprudencia.
El artículo también aborda la dificultad de traducir los estados mentales clínicos en conceptos legales de responsabilidad. La pregunta para el tribunal es si el acusado realmente formó la mens rea relevante en el momento del delito.
Además, se discuten los delitos que requieren prueba de intención y cómo los tribunales pueden inferir la intención incluso si el resultado no era el objetivo del acusado. Por ejemplo, en el caso R v Woollin, se sostuvo que si el acusado aprecia que el daño grave es prácticamente seguro como resultado de sus acciones, el jurado puede inferir la intención.
Finalmente, el artículo subraya la importancia de que los expertos comprendan los elementos mentales de los delitos y los términos legales relevantes. Los psiquiatras deben considerar cómo los conceptos clínicos de psicopatología y estado mental pueden ayudar a responder la pregunta más específica de mens rea.
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