La terapia electroconvulsiva (TEC) es una terapia eficaz para la depresión, pero sus efectos celulares en el cerebro humano siguen siendo esquivos. En roedores, las descargas electroconvulsivas aumentan la proliferación y la expresión de marcadores de plasticidad en el giro dentado (GD) del hipocampo, lo que sugiere un aumento de la neurogénesis.
Además, los estudios de resonancia magnética en pacientes deprimidos han demostrado aumentos en el volumen del GD después de la TEC, que fueron notablemente acompañados por una disminución en las puntuaciones del estado de ánimo depresivo.
Este es un estudio anatómico del hipocampo humano post-mortem de una cohorte única y bien documentada de pacientes con depresión bipolar o unipolar, que habían recibido TEC en los 5 años anteriores a su muerte. Se los comparó con pacientes de la misma edad con un trastorno depresivo que no habían recibido TEC y con controles sanos emparejados. En el examen histopatológico, no se observaron indicios de pérdida importante de células hipocampales, cambios citoarquitectónicos evidentes o neuropatología clásica en estos 3 grupos, ni tampoco hubo diferencias obvias presentes en los marcadores inflamatorios para astrocitos o microglia. Mientras que el número de células proliferantes que expresan Ki-67 no fue diferente, encontramos un porcentaje significativamente mayor de células positivas para Doublecortina, un marcador comúnmente utilizado para neuronas jóvenes y plasticidad celular, en la zona subgranular y CA4 / hilio del hipocampo de pacientes con TEC. Además, el porcentaje de células Stathmin 1 positivas fue significativamente mayor en la zona subgranular de pacientes con TEC, lo que indica neuroplasticidad. Estas primeras observaciones post-mortem sugieren que la TEC no tiene efectos dañinos, sino que puede haber inducido neuroplasticidad en el GD de pacientes deprimidos.
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