Existe un sesgo de género en el diagnóstico del trastorno del espectro autista (TEA), lo que resulta en que algunas niñas y mujeres con TEA sean diagnosticadas más tarde o pasen desapercibidas y no sean diagnosticadas. En parte, esto refleja el hecho de que el sexo y/o el género influyen en cómo se manifiestan las características autistas.
Muchas niñas y mujeres autistas no se ajustan al consenso diagnóstico común sobre el autismo, que en gran medida se basan en estudios realizados con hombres y niños.
Los autores de este artículo mantienen que las definiciones amplias existentes de autismo, por ejemplo las del DSM-5 y la CIE-11, pueden usarse para evaluar el autismo en niñas y mujeres; y también que los procesos e instrumentos de diagnóstico existentes sean útiles para todos los géneros. Como tal, una evaluación que se basa en información de múltiples informantes (por ejemplo, la persona evaluada, padres, maestros) y modalidades (por ejemplo, observación directa, entrevista, cuestionario); y que se centra en la discusión de casos multidisciplinarios es el estándar de oro para niñas y mujeres, así como para niños y hombres. Sin embargo, los médicos deben estar capacitados para conocer cómo se manifiesta el autismo en diferentes géneros. Esto puede ayudarles a adoptar un enfoque flexible y basado en evidencia para evaluar qué manifestaciones conductuales específicas pueden ser características del autismo en niñas y mujeres.
Los autores sugieren que siguiendo las recomendaciones enumeradas en este artículo, los médicos pueden tener más confianza en hacer un diagnóstico más preciso que tendrá utilidad clínica para el individuo, especialmente para mujeres y niñas.
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