La presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) sigue siendo el tratamiento de referencia para el síndrome de la apnea obstructiva del sueño (SAOS), pero no es el único.
A continuación, se revisan los tratamientos conservadores (basados en la presión) y quirúrgicos para el SAOS.
Puntos clave del artículo
· Hasta una cuarta parte de las personas de entre 30 y 70 años pueden padecer apnea obstructiva del sueño, y la prevalencia puede estar aumentando.
· Los pacientes no deben esperar a que el tratamiento con presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) les ayude a perder peso. De hecho, algunos pacientes aumentan de peso con ella.
· La cirugía bariátrica puede no controlar la apnea obstructiva del sueño en más del 20% de los pacientes y puede asociarse a una menor adherencia a la CPAP.
· La estimulación del nervio hipogloso es una opción quirúrgica más reciente para determinados pacientes que no pueden utilizar CPAP.
En la actualidad no hay ningún fármaco aprobado o de uso común para el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño. Una revisión Cochrane de 2013 no encontró pruebas suficientes para recomendar ningún fármaco. Dicho esto, se observó que los antidepresivos protriptilina y fluoxetina reducían el número de episodios de apnea e hipopnea. Sin embargo, la respuesta fue variable, y los fármacos no disminuyeron el número de episodios de excitación o desaturación.
Los inhibidores de la anhidrasa carbónica, como la acetazolamida, la zonisamida y el topiramato, pueden reducir el índice de apnea-hipopnea (IAH) (en un 42% en un estudio con acetazolamida) y mejorar la eficiencia del sueño y la saturación de oxígeno, pero no la somnolencia.
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