El Gobierno australiano ha promulgado leyes que restringen el suministro de cigarrillos electrónicos (vapeadores) a personas que los necesitan para dejar de fumar o para el tratamiento de la dependencia de la nicotina, bajo el cuidado de un médico, enfermero o farmacéutico.
La prescripción y el suministro de vaporizadores terapéuticos deben realizarse a través del Plan de Acceso Especial o las vías de Prescriptor Autorizado.
Las pautas clínicas establecen que los vapeadores terapéuticos pueden considerarse para apoyar a las personas que no han podido dejar de fumar mediante terapias de primera línea (una combinación de apoyo conductual y terapias de reemplazo de nicotina registradas o medicamentos orales para dejar de fumar).
La revisión clínica debe realizarse 1 semana después del inicio del vapeo, con un seguimiento adicional de acuerdo con un plan de manejo individualizado, para monitorear el progreso, revisar los efectos adversos (por ejemplo, tos, garganta irritada, dolor de cabeza o náuseas), alentar el uso de apoyos conductuales para dejar de fumar y desalentar el uso dual de vapeadores y cigarrillos convencionales.
Se recomienda intentar dejar de vapear o dejar de hacerlo después de 12 semanas, con una posible transición a medicamentos registrados para dejar de fumar si es necesario (además de apoyo conductual continuo). La duración máxima recomendada del uso de vapeadores es de 12 meses.
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