Aproximadamente el 65% de los medicamentos antipsicóticos para niños y adolescentes se prescriben para usos no aprobados, incluido el manejo de la agresión, la agitación, las conductas disruptivas y la irritabilidad, así como el tratamiento complementario para el TDAH. Aunque hay datos limitados sobre la efectividad a largo plazo de estos medicamentos, la investigación ha demostrado que pueden conducir a una reducción en el tejido neuronal y varios efectos adversos neurológicos y metabólicos. Además, las dosis altas de antipsicóticos se han relacionado con un aumento de las tasas de mortalidad en este grupo de edad. Este artículo analiza la duración adecuada para el uso de antipsicóticos y las estrategias para reducirlos o suspenderlos de manera segura.
Preguntas que se hacen los autores del artículo con el uso de antipsicóticos:
1. ¿Son necesarios, existe alguna necesidad?
2. ¿Qué beneficio aportan?
3. ¿Cuánto tiempo deben utilizarse?
4. Iniciar el tratamiento pensando en la discontinuación
5. ¿Cuándo reducir los antipsicóticos?
6. ¿Con qué velocidad debo reducir la dosis?
7. ¿Cambiar de medicación?
Finalmente, los antipsicóticos pueden salvar vidas, pero sólo deben utilizarse cuando sea necesario y acompañados de conversaciones continuas sobre la duración del tratamiento y las estrategias para minimizar las dosis y los efectos adversos.
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