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Las neuronas dopaminérgicas mesolímbicas impulsan los ritmos infradianos en el estado de sueño-vigilia y de actividad intensificada

18 de febrero de 2025

El artículo explora cómo las neuronas dopaminérgicas mesolímbicas influyen en los ritmos infradianos del ciclo sueño-vigilia y los estados de actividad elevada. Los ritmos infradianos son ciclos biológicos que duran más de 24 horas, como los observados en pacientes con trastorno bipolar.

En pacientes con trastorno bipolar (TB), se han observado ritmos infradianos de estado de ánimo y de sueño-vigilia con períodos de 48 horas o más, que persisten incluso en ausencia de señales temporales exógenas, lo que indica un origen endógeno. En este trabajo, se observa como los ratones expuestos a metanfetamina en el agua potable desarrollan ritmos locomotrices infradianos con períodos de 48 horas o más que se extienden a la duración del sueño y a las conductas asociadas al estado maníaco, lo que respalda un modelo de ciclado en el TB. La capacidad de ciclado se anula tras la alteración genética de la producción de dopamina (DA) en las neuronas DA del área tegmental ventral (ATV) o la ablación de las neuronas DA que se proyectan al núcleo accumbens. Además, la activación quimiogenética de las neuronas DA del ATV, incluidas las que se proyectan al núcleo accumbens, provocó un alargamiento del período locomotor en ratones deficientes en el reloj circadiano, que se contrarrestó con un tratamiento antipsicótico.

Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para el tratamiento de trastornos del estado de ánimo, ya que sugiere que la modulación de la actividad dopaminérgica podría ayudar a regular los ritmos infradianos y, por lo tanto, estabilizar los estados de ánimo en pacientes con trastorno bipolar.

En resumen, el artículo destaca el papel crucial de las neuronas dopaminérgicas mesolímbicas en la generación de ritmos infradianos y su potencial como objetivo terapéutico para trastornos del estado de ánimo.

Comentado en Infosalus.

Por Alfredo Calcedo 20 de febrero de 2025
Ante el aumento de las cifras de violencia física y verbal contra facultativos, el nuevo Estatuto Marco, actualmente en negociación entre el Ministerio de Sanidad y diversos actores del sector, busca proteger al personal sanitario reconociéndolos como "autoridad pública" y reforzando su seguridad. Este aumento de agresiones físicas y verbales, ocurre especialmente en Atención Primaria y extrahospitalaria, con 14.706 agresiones registradas en 2023. Las mujeres facultativas de entre 35 y 55 años son las más afectadas. Las agrupaciones sindicales coinciden en que las medidas actuales no son suficientes y piden mayor acción por parte de las administraciones. En regiones como Andalucía, Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha, se ha solicitado la presencia de vigilantes para proteger a los profesionales mientras trabajan. En Andalucía, por ejemplo, se registraron 362 agresiones físicas y 1.504 no físicas en 2024. El artículo también menciona que, aunque hay voluntad de reducir la violencia, las medidas implementadas no están siendo efectivas. Se destaca la necesidad de iniciativas preventivas y represivas más eficaces, como poner vigilantes en los centros sanitarios, para frenar las agresiones.
Por Alfredo Calcedo 20 de febrero de 2025
El pensamiento negativo repetitivo (PNR) es una tendencia cognitiva que suele ser reiterativa e intrusiva sobre alguna situación difícil de controlar, relacionada con eventos o experiencias presentes, pasadas o futuras percibidas como negativas, siendo un fenómeno transdiagnóstico relacionado con la rumiación y la preocupación. La rumiación, orientada al pasado sobre las causas y consecuencias de la propia angustia; y la preocupación, definida como un pensamiento repetitivo orientado hacia el futuro acerca de posibles amenazas, incertidumbres y riesgos. Este metanálisis investigó la eficacia transdiagnóstica de los tratamientos de terapia cognitivo conductual (TCC) en diferentes constructos de PNR. Demostró que la eficacia de los tratamientos de TCC en PNR es generalmente moderada y sugiere que los efectos de la intervención pueden mejorarse sustancialmente mediante el uso de tratamientos PNR especializados. Por lo tanto, los tratamientos especializados centrados en PNR deberían investigarse, implementarse y difundirse de manera más rigurosa.
Por Alfredo Calcedo 20 de febrero de 2025
El artículo analiza las estrategias de prevención del suicidio , evaluando su efectividad y proporcionando ejemplos específicos de lo que ha funcionado, lo que podría funcionar y lo que no ha sido efectivo en la prevención del suicidio. Entre los puntos destacados se incluyen: La modificación del acceso a los medios para actos suicidas, como la eliminación de pesticidas tóxicos y la instalación de barreras de seguridad en puentes, ha demostrado ser efectiva en la reducción de suicidios. También se ha prestado atención al papel de los estabilizadores del estado de ánimo en la reducción del alto riesgo de suicidio en el trastorno bipolar. Una revisión de revisiones sistemáticas mostró evidencia sustancial de que el litio puede reducir la ocurrencia de actos suicidas. El papel potencial de la ketamina, la terapia electroconvulsiva y la clozapina en la reducción del riesgo de suicidio en poblaciones específicas de pacientes requiere mayor fundamentación. La ingestión de plaguicidas ha sido una de las principales causas de suicidio en muchos países de ingresos bajos y medios. Los datos más recientes de la OMS indican que, tras la eliminación de plaguicidas más tóxicos en algunos países (China), se han registrado menos muertes relacionadas con este método. Sin embargo, políticas como el almacenamiento seguro de pesticidas no han tenido el mismo impacto significativo en la reducción de suicidios El artículo también destaca la importancia de la cobertura mediática responsable y cómo la representación del suicidio en los medios puede influir en el comportamiento suicida. En conclusión, la prevención del suicidio mediante estrategias nacionales y otras acciones coordinadas debe incluir una combinación de políticas de salud pública y clínicas, siendo las primeras probablemente las que tengan un mayor impacto en las tasas de suicidio. Las intervenciones a nivel de la población deben incluir un enfoque en la disminución del acceso a los medios de suicidio, el aumento del acceso a la información sobre cómo buscar ayuda y sobrevivir (incluso a través de los medios de comunicación y programas educativos) y la creación de condiciones económicas que reduzcan el estrés en las poblaciones. Las intervenciones clínicas deben centrarse en la atención humana y de alta calidad, incluida la planificación de la seguridad y el tratamiento basado en la evidencia específica de acuerdo con las necesidades individualizadas de los pacientes.
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