¿Por qué me apetece comer dulce, incluso después de una comida abundante?

7 de marzo de 2025

Los alimentos con alto contenido de azúcar se consumen con facilidad, incluso después de las comidas y más allá de la sensación de saciedad (por ejemplo, en los postres). Aunque el consumo impulsado por la recompensa de alimentos apetecibles puede promover la sobrealimentación, los mecanismos neurobiológicos que subyacen al apetito selectivo por azúcar en estados de saciedad siguen sin estar claros.

Las neuronas proopiomelanocortina (POMC) hipotalámicas son los principales reguladores de la saciedad porque disminuyen la ingesta de alimentos a través de neuropéptidos excitatorios de melanocortina.

Este estudio ha descubierto cómo las neuronas POMC, responsables de la sensación de saciedad, también juegan un papel crucial en el deseo de consumir azúcar. Este proceso ocurre a través de un mecanismo cerebral que involucra la liberación de β-endorfinas, un opiáceo natural producido por el cuerpo.

Cuando los ratones saciados consumían azúcar, las neuronas POMC no solo enviaban señales de saciedad, sino que también liberaban β-endorfina. Esta sustancia actúa sobre otras neuronas que poseen receptores opiáceos en el cerebro, desencadenando una sensación de recompensa y placer. Este efecto placentero es tan poderoso que lleva a los ratones a seguir comiendo azúcar incluso cuando ya no tienen hambre. En otras palabras, el cerebro activa un circuito de recompensa específico para el azúcar, lo que explica por qué este tipo de alimentos puede ser tan irresistible.

Desde una perspectiva evolutiva, podría considerarse ventajoso consumir tanta azúcar como fuera posible, ya que proporcionaba una fuente rápida de energía que podía almacenarse en forma de grasa para tiempos de escasez.

Esta nueva comprensión del mecanismo cerebral detrás del deseo de dulces podría abrir nuevas vías terapéuticas para el tratamiento de la obesidad. El bloqueo de esta transmisión de opioides podría reducir la ingesta de azúcar y potencialmente combatir los atracones y la obesidad.

Comentado en Psicología y Mente

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