Este artículo ofrece una explicación plausible de por qué las personas con trastorno depresivo mayor (TDM) suelen mostrar una tendencia a responder e interpretar de forma negativa los estímulos ambiguos, lo que se denomina sesgo cognitivo hacia lo negativo.
Se presentan dos hipótesis clave destinadas a explicar el papel de varias estructuras cerebrales en la conformación de sesgos cognitivos hacia la información y las emociones negativas en la depresión.
La primera hipótesis enfatiza el papel significativo de la amígdala en la regulación de las emociones y destaca cómo el aprendizaje asociativo a partir de estímulos negativos en la amígdala puede conducir a un sesgo cognitivo automático que favorece la información negativa. Esta hipótesis sugiere que la red de atractores del hipocampo exhibe un sesgo hacia los recuerdos asociados con las emociones negativas, influenciado por el doble impacto de la activación de la amígdala. Para corroborar aún más esta hipótesis, es imperativo reunir evidencia neuroanatómica que aclare la conectividad funcional entre la amígdala y el hipocampo. Además, la investigación debería centrarse en comprender la posible contracción de las dendritas piramidales en este contexto, ya que puede estar relacionada con una menor capacidad de procesamiento paralelo y la activación simultánea de recuerdos distintos. Estas investigaciones proporcionarían información esencial sobre los mecanismos que sustentan los sesgos cognitivos hacia la información y las emociones negativas.
La segunda hipótesis postula que la corteza prefrontal ventromedial (CPFvm) configura un amplio marco cognitivo con un sesgo negativo a través de la generalización de conceptos, principalmente en interacción con la amígdala y el hipocampo.
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