El trastorno de conducta se caracteriza por un patrón repetitivo y generalizado de comportamiento antisocial agresivo y que infringe las normas. Se asocia con la mayor carga de enfermedad de cualquier trastorno mental en jóvenes de 0 a 14 años y con malos resultados psicosociales
El trastorno de conducta es uno de los trastornos psiquiátricos infantiles más comunes, con una prevalencia mundial de alrededor del 3%.
En este estudio, el Grupo de Trabajo de Conducta Antisocial ENIGMA realizó un análisis de datos de resonancia magnética estructural de 15 cohortes internacionales. Se evalúan las diferencias entre los grupos en el grosor cortical, el área de superficie y los volúmenes subcorticales y el volumen intracraneal total.
Resultados: En relación con los jóvenes con un desarrollo normal, el grupo con trastorno de conducta tenía una superficie menor en 26 regiones corticales y una superficie total menor.
El grosor cortical difería en la corteza cingulada anterior caudal y en el surco temporal superior. El grupo con trastorno de conducta también tenía volúmenes más pequeños de amígdala, núcleo accumbens, tálamo e hipocampo.
Interpretación de los resultados: Estos hallazgos aportan pruebas sólidas de alteraciones estructurales cerebrales sutiles pero generalizadas en los trastornos de conducta en todos los subtipos y sexos, principalmente en la superficie cerebral. Estos hallazgos aportan más pruebas de que las alteraciones cerebrales podrían contribuir al trastorno de conducta. Es necesario prestar mayor atención a este trastorno poco reconocido en la investigación y la práctica clínica.
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