Artículo sobre cómo las experiencias adversas pueden llevar a las personas a sentirse atrapadas en un estado de victimización. El autor del artículo, Kaufman, utiliza la historia de Ada Doom de la novela "Cold Comfort Farm" para ilustrar cómo un evento traumático puede afectar profundamente la vida de una persona, llevándola a vivir en reclusión y a creer que su vida está arruinada.
El concepto de "indefensión aprendida", investigado por el psicólogo Martin Seligman, se menciona como una respuesta común a la adversidad. Este fenómeno se refiere a la tendencia de las personas a rendirse y perder la esperanza de que la vida pueda ser diferente, incluso cuando se presentan oportunidades para cambiar. A pesar de que la indefensión aprendida puede ser una respuesta predeterminada, Kaufman argumenta que es posible aprender a tener esperanza.
El artículo también destaca la historia de Viktor Frankl, un psicoterapeuta humanista y sobreviviente del Holocausto, quien observó que algunos prisioneros liberados de los campos de concentración no podían contemplar una realidad diferente y regresaban al campamento. Esto demuestra cómo la adversidad extrema puede llevar a las personas a un estado de desesperanza.
La neurocientífica Lisa Feldman Barrett, autora de 7½ Lecciones sobre el Cerebro, describe cómo funciona nuestro cerebro para crear nuestra experiencia de vida y comenta que «a veces somos responsables de las cosas no porque sean culpa nuestra, sino porque somos los únicos que podemos cambiarlas».
Asumir la responsabilidad implica reconocer que nuestro cerebro simplemente hace lo mejor que puede con la información disponible. Podemos esforzarnos por ofrecerle información diferente mediante experiencias más variadas. Y podemos ser más críticos con las cosas negativas que nos dice. Podemos cuestionar los mensajes que recibimos, no solo sobre lo que es posible en la vida, sino también sobre lo que pensamos y sentimos en cada momento. Puedes usar tu cerebro de forma más informada y no simplemente aceptar todo lo que te da, porque, sorprendentemente, muchas veces es incorrecto.
La psicóloga y sobreviviente del Holocausto Edith Eger observó que la victimización proviene del mundo exterior, pero el victimismo, la mentalidad de víctima, proviene del interior. Según Eger, en algún momento sufriremos algún tipo de aflicción o abuso causado por circunstancias sobre las que tenemos poco o ningún control. Nadie puede convertirte en víctima, excepto tú mismo. Nos convertimos en víctimas no por lo que nos sucede, sino porque elegimos aferrarnos a nuestro victimismo. Mantenernos encerrados es un trabajo interno.
Para superar esta mentalidad victimista, es esencial reconocer las oportunidades y aprender a tener esperanza, tomando responsabilidad por el propio bienestar y buscando formas de prosperar a pesar de las adversidades.
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